En este blog he hablado un montón de veces sobre diversos aceites esenciales, pero algo de lo que no he hablado antes y que muchos de mis lectores me han preguntado es sobre como diluir aceites esenciales, por lo que he decidido explicarlo a lo largo de este post.
Como bien sabrás, existen infinidades de aceites esenciales, en su mayoría perfectos para tratar diversas dolencias y afecciones del día a día.
También sabrás que al momento de usarlos el método más útil y efectivo es sin lugar a dudas por vía tópica y en tal caso, siendo una sustancia concentrada, requiere la mayoría de las veces, ser diluido.
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¿Porque Hay Que Diluir Los Aceites Esenciales?
Existes dos razones básicas por lo que es necesario diluir los aceites esenciales:
La primera razón se debe a que la alta concentración de los mismos puede llegar a causar reacciones adversas y toxicidad sistémica (irritación tópica, sensibilidad, fototoxicidad, fotosensibilidad, etc.) a corto o largo plazo.
La segunda razón básica se debe a la rápida capacidad de evaporación y absorción que tienen los aceites esenciales, es decir, que un aceite esencial sin diluir se evapora sumamente rápido, incluso antes de que pueda ejercer su función curativa sobre la piel.
Sin embargo, hay quienes hacen uso de los aceites esenciales sin diluir para tratar problemas agudos (una picadura de insecto, ardor…) a muy corto plazo, pero no es la forma más recomendable puesto que se corre el riesgo de padecer irritaciones, riesgo de sensibilización y hasta posibles alergias.
¿Todos Los Aceites Esenciales Deben Diluirse?
Absoluta y necesariamente todos los aceites esenciales que vayan a aplicarse sobre la piel deben diluirse aun cuando hayas escuchado decir que algunos de estos son seguros por ser menos irritantes, como por ejemplo el aceite esencial de lavanda, incienso, árbol de té.
Lo cierto es que aunque los hayas usado sin diluir y no hayas presentado ninguna reacción notoria, no quedan absueltos de causar reacciones alérgicas y/o sensibilización en la piel con el pasar del tiempo y repetidas aplicaciones.
¿Cómo Diluir Aceites Esenciales?
Como mencione anteriormente, absolutamente todos los aceites esenciales deben diluirse para usarse de forma totalmente segura, y para ello se utilizan generalmente un aceite portador, aunque también suelen utilizarse mantecas vegetales, cremas y lociones a base de aceites, gel de aloe vera, etc.
Una manera sencilla de explicarte como diluir esencias puras o aceites esenciales es añadiendo una o más gotas del aceite esencial en algún aceite portador, como por ejemplo aceite de jojoba, almendras, semillas de uvas…
Pero la verdad es que existe una guía para diluir aceites esenciales que depende de diversos factores:
- La toxicidad y fototoxicidad del aceite esencial.
- La edad de la persona.
- Embarazo o periodo de lactancia.
- Piel sensible.
- Ciertos problemas de salud, como trastornos hemorrágicos, sistemas inmunes comprometidos, entre otros.
Dos de los factores más relevantes a la hora de disolver aceites son la edad y el porcentaje, tomando en cuenta que existen otros tantos que sirven como indicadores para aprender como diluir los aceites esenciales para aromaterapia o uso tópico.
Esto aplica incluso en los aceites esenciales sumamente concentrados que requieren extrema precaución al momento de ser manipulados que una vez diluidos de forma correcta pueden usarse de forma segura.
¿Qué Beneficios Se Obtienen Al Diluir Los Aceites Esenciales?
Entre los principales beneficios que conseguimos al diluir los aceites esenciales para su posterior uso es disminuir en gran medida los riesgos de posibles alergias y demás reacciones desfavorables sobre la piel y el organismo en general.
Por otro lado, al diluir cualquier aceite esencial estamos reduciendo su volatilidad y con ello logramos aumentar su absorción; utilizando menos cantidad para un área más grande, puesto que no se evaporara con tanta rapidez que cuando esta sin diluir, dando tiempo a que sus propiedades terapéuticas actúen sobre la piel.
En definitiva, aprender como diluir aceites esenciales indiferentemente del tipo que sea es una forma segura de aprovechar sus propiedades sin poner en riesgo la salud, razón suficiente para no atrevernos a aplicar puros sobre nuestra piel.